La vida y sus “tropiezos” resultan una fuente inagotable de material para el artista multidisciplinario cubano Alberto Checa. “Me inspiran las experiencias de mi vida, los obstáculos que mi familia y yo hemos enfrentado en Estados Unidos y [los lazos] de amor que se forman a partir de los sacrificios que hacemos unos por otros”, explica el joven de 25 años que como tantos otros compatriotas suyos, se mudó de Cuba a Miami junto a su madre en 2008, cuando tenía solamente 10 años de edad. En “La Capital del Sol” vivieron por mucho tiempo en apartamentos de bajos recursos mientras su madre realizaba trabajos agotadores en fábricas, para pagar las cuentas y sostener a la familia.